miércoles, 25 de abril de 2012

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Nombre Completo: Alana Kathrin Van Der Woodsen


Edad: 21 años


Distrito al que pertenece originalmente: distrito 10


Distrito en el que habita actualmente: En el Capitolio


Género: Femenino 


Situación sentimental: en una relación con Katriel Wentworth


Historia:


Cada noche los recuerdos regresan a mi mente, como si de una película en la cual siempre termino llorando pasa, haciendo que me sobresalte rotundamente y no pueda volver a dormir, haciendo que me quede acostada al lado de Katriel, mirándolo fijamente, para tranquilizarme  e incluso a veces haciendo que se despertara y me abrazara, para recordarme que todo lo que había sucedido era ya parte del pasado y que solo había sido una muy mala experiencia en mi vida.


El chico del cual estoy enamorada y lo seguiré hasta que mi hora de morir llegue, pero ese no es el tema sino que el  a causa de la rebelión que sucedió en nuestro distrito, al momento de escapar conmigo, quedo casi completamente ciego y que con el tiempo esta se volvió ceguera completa, haciendo que a pesar de que estuviéramos en el Capitolio con todos los mejores doctores que quedaban en la faz de la tierra, se negara rotundamente a que fuera intervenido quirúrgicamente, para poder volver a recuperar la vista, pero el prefería quedarse completamente en la oscuridad a mi lado, recordando mejor los viejos tiempos cuando podía verme y recordar a nuestras respectivas familias.


Exactamente todo sucedió cuando tenia alrededor de unos 17 años, cuando los momentos más difíciles para nosotros comenzaron a llegar, ya que a causa de una gran sequía, no podíamos alimentar adecuadamente a nuestros animales y por lo cual a pesar de que traían agua de otros distritos, para que el Capitolio tuviera su muy preciada carne, no sirvió de nada, nuestros animales seguían muriendo a causa de la deshidratación.


Por lo que nosotros también comenzamos a morir muy lentamente, hasta que un día de improviso una fuerte tormenta cayó en nuestro distrito hidratando a gran parte de nuestro hogar y así volviendo a  hacer que tuviéramos esperanza y ahí fue cuando lo conocí un chico mayor que yo por tan solo 2 años, el cual de inmediato quedo pasmado conmigo que al igual yo lo hice con el y entonces comenzamos a tener una hermosa relación, en donde todo era felicidad y podíamos olvidarnos por un par de horas que el Capitolio se volvía cada vez más demandante con nosotros.


Pero llegó el día en que un par de meses antes de mi cumpleaños, que curiosamente era un día trece del mes de mayo, un pequeño escuadrón de Vigilantes de la paz, que eran alrededor de tres hombres, me detuvieron y me acorralaron en un callejón sin salida de la ciudad, diciéndome que debía de quitarme la ropa y que si  no lo hacía matarían a mis padres y conocidos, a lo cual yo entre lágrimas y recibiendo uno que otro golpe por parte de esos hombres, tratando de que no gritara y apuntándome con su arma en mi cabeza, para que no intentara hacer nada y al final termine completamente sin ninguna protección contra ellos y sentí un fuerte golpe con la culata del arma y perdí parcialmente el conocimiento, sintiendo todo lo que le hicieron a mi cuerpo, demacrándolo, ensuciándolo y quitándome la pureza que tanto había cuidado, y que al final se me había sido arrebatada de la peor forma posible.


Pero gracias al cielo, si es que existió alguna vez, tuve la suficiente fuerza como para que después de que uno de los agentes terminaran lo golpee fuertemente y salí corriendo hacia cualquier lugar menos donde vivieran mis seres queridos  y sabiendo que no me seguirían y fue que me refugie a las afueras del distrito cerca de los arbustos y árboles, hasta la madrugada, que fue cuando regresé a mi casa y mi madre y padre vieron lo que había sucedido conmigo, solo pudieron quedarse con los puños cerrados y tratar de ayudarme moralmente, en conjunto de mi novio Katriel, el cual a pesar de saber lo que le me había sucedido, no se separó de mi nunca, sino que siempre me apoyó e hizo que volviera a tener confianza.


Hasta que esa trágica noche llegó y toda la felicidad que había tenido alguna vez con mis padres llegó a su fin, sin previó aviso llegaron una gran cantidad de agentes de la paz, para llevarnos al centro de la ciudad para ser condenados a muerte, por la acusación de que estábamos conspirando en contra del Capitolio y de su presidente,(la cual solo era una calumnia inventada por esos tres agentes de la paz que trataron de abusar de mi y solo uno lo logró) a lo cual sin perder más tiempo tratamos de escapar como pudimos, llegando a la estación de trenes, en donde  justo cuando llegamos el tren estaba a punto de partir con la carga semanal para el Capitolio, a lo cual después del forcejeo con varios vigilantes de la paz que tuvimos Katriel (en donde el recibió un muy fuerte golpe en la cabeza, haciendo que se desmayara y tardara varios días en volver a despertar) y yo, pudimos salir sin de nuestro distrito, mientras yo escuché como varios disparos hicieron que la atmósfera de nuestro distrito se convirtiera en un caos total.


Pasaron alrededor de un día y medio cuando llegamos al Capitolio, en donde una persona que comenzó a hacer bajar al ganado, nos vio y haciendo uso de su buen corazón, nos llevó con su padre quien nos adoptó haciendo que viviéramos con el, uno de los hombres más ricos del Capitolio, el señor Nicolai Van der Woodsen, en cual me adoptó como su hija y a Katriel por otra parte, lo dejó con su propio apellido, pero aun así lo consideraba uno de sus hijos como yo y gracias a el a pesar de la revolución de los distritos, no sufrimos ni una pizca, como lo hacían las demás personas del Capitolio sin recursos y al finalizar todo, pudimos seguir como si nada.


Hasta que se anunciaron los juegos del hambre, los cuales nos dejaron a todos más que helados, ya que estábamos de acuerdo de que los distritos merecían un castigo, pero también comprendíamos del por que lo habían hecho, pero crear algo tan poco humano como “Los juegos del hambre” nos parecía demasiado, a lo cual de una u otra manera, nos negamos a participar en ninguna de las actividades de dichos juegos, hasta que un día nos llegó una carta diciendo que después de casi cuatro años de que estuviera en vigor dicho evento, necesitaban una nueva entrevistadora y como todas las personas sabían y nos conocían, sabían que tenía un carisma y un encantó tan bueno, que me habían tomado en cuenta para que yo hiciera de ahora en adelante las entrevistas y que además fuera una cronista de lo que sucedía en los juegos (la verdad es que la carta de una forma u otra me estaba obligando a participar, o sino sucedería lo mismo que me habían dicho los agentes de la paz, cuando querían violarme, matarían a mis seres queridos, que en este caso era la familia Van Der Woodsen y Katriel) a lo cual no tuve más remedio que aceptar la invitación presentándome al día siguiente en la televisión de Panem, para que hicieran todo lo que necesitaban conmigo, para que los promocionales corrieran por todo el Capitolio, ya que estaba segura que a ninguno de los distritos les interesaría algo tan vanal como eso, al menos que fueran los distritos con los tributos profesionales.


Cuando regrese a la mansión en donde habitaba en conjunto con Katriel, le conté todo lo que habían hecho e incluso le dije que me tiñeron mi cabello azul, que para que me viera más Capitoliana, a lo cual el solo pudo hacer una mueca diciendo que mi cabello con su color natural me hacía ver mejor, pero nada podía hacer si quería mantenerlos a todos con vida, más que esperar a que el día de las entrevistas y después el inició de los juegos del hambre, teniéndome en primera fila, para relatarles lo que sucedería con esos pobres  24 jóvenes de entre 12 y 18 años que morirían y que solo al final quedaría uno en pie.

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